Guía práctica para pediatras que recoge las características clínicas, la evaluación, el diagnóstico y las pautas de tratamiento de los trastornos psiquiátricos en la edad pediátrica y en la adolescencia.
Desde la pandemia del coronavirus, han aumentado las consultas pediátricas de niños y adolescentes por cuadros de depresivos, ansiedad, por conductas suicidas, autolesiones, etc. Por ello, se sitúa a la psiquiatría infantil en un lugar de especial importancia en la consulta de pediatría, que debe afrontar el reto de diagnosticar, tratar o remitir al paciente al psiquiatra infantil.
La ansiedad, el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC), el trastorno bipolar, el trastorno de estrés postraumático (TEPT), el trastorno de tics, el trastorno por abuso de sustancias y videojuegos y el acoso escolar o ciberacoso son siete trastornos psiquiátricos que afectan en edades pediátricas:
La ansiedad es un trastorno psiquiátrico que puede ser una respuesta fisiológica ante el estrés ambiental o una reacción patológica que acompaña a las enfermedades. La prevalencia en niños y adolescentes es de un 11,8%, en la mitad de los casos con persistencia de los síntomas al cabo de 2 años.
El TOC afecta al 1,3-3,3 % de los niños y adolescentes, por lo que es muy importante que el pediatra identifique a estos pacientes en su consulta. Las obsesiones son pensamientos involuntarios y recurrentes que invaden la conciencia del paciente. En cambio, las compulsiones son actos repetitivos cuya ejecución no se puede impedir y que se realiza con la finalidad de evitar que algo malo suceda.
El trastorno bipolar es poco frecuente en niños con una prevalencia en torno al 0,6-1,8%, aproximadamente un 20% de los casos comienza antes de los 20 años. Este trastorno se caracteriza por la alternancia de episodios maníacos, depresivos y mixtos.
El TEPT se presenta en los niños y adolescentes como consecuencia de experiencias traumáticas de carácter inusual siendo su prevalencia alrededor de 1,6% en Europa.
El trastorno de tics o síndrome de Gilles de la Tourette, consiste en la presencia de movimientos y vocalizaciones involuntarios y de carácter repetitivo, que perturban la actividad diaria y la imagen personal del paciente. Un 3-5% de los niños sufre trastorno de tics y un 0,8 % síndrome de Gilles de la Tourette.
Existe el trastorno por abuso de sustancias y videojuegos donde el consumo de drogas ha seguido una línea ascendente en los jóvenes durante las últimas décadas. Además, existe la adicción a los videojuegos donde el niño y el adolescente sienten la necesidad de jugar, y no son capaces de controlar el tiempo que dedican a ello.
El acoso escolar y el ciberacoso representan un problema social grave que se da en todas las culturas afectando a un tercio de los alumnos. El acoso escolar suele disminuir a lo largo de la adolescencia y es un factor de riesgo de sufrir trastornos psiquiátricos en la edad adulta.