Las alergias alimentarias han experimentado un crecimiento en toda la población. En España, la alergia a alimentos mediada con IgE tiene una incidencia del 1,4%, en cambio, la alergia no mediada por IgE supone entre un 2,8-3,4%.
La alergia a las proteínas de la leche de la vaca (APLV) es la alergia más frecuente en niños menores de 2 años. El manejo nutricional de las alergias alimentarias comporta evitar el alérgeno causante. En el caso de las APLV, el tratamiento consiste en excluir la leche de vaca de la dieta del lactante y sustituirla por fórmulas adaptadas a las necesidades de este grupo poblacional.
La fórmula elaborada a partir de proteínas de la leche de vaca extensamente hidrolizadas ha sido el gold standard de todas las guías durante los últimos 40 años. Este tipo de fórmulas tiene gran acogida entre la población ya que el consumo de la leche de vaca es considerado habitual.
Existen fórmulas de soja que tienden a ser de bajo costo, pero cuya seguridad está en entredicho debido a la posible influencia en el desarrollo endocrino de los fitoestrógenos y la interferencia con la absorción de cationes divalentes de los fitatos.
Las fórmulas elementales son de alto costo y como en el caso de las fórmulas extensamente hidrolizadas, tienen mal sabor por lo que podría causar rechazo por parte de los lactantes mayores.
Además, se han desarrollado fórmulas de proteínas de arroz con la ventaja de que menos del 1% de los niños son alérgicos a este cereal además de presentar un sabor y aroma agradable de fácil aceptación. A nivel internacional la limitación de las mismas es que no están disponibles en todos los países.
La actualización de guías internacionales para el manejo nutricional de la APLV da cada vez mayor relevancia a las fórmulas a base de las proteínas hidrolizadas de arroz. Son eficaces y seguras para tratar la APLV, y cuentan con las ventajas de tener mejor palatabilidad y un coste menor.